Lo adquirí siendo un bebe y jamás me imagine que seria tan hiperquinetico y simpático, y por mucho tiempo no pude decidir entre llamarlo Reverón- por lo desaliñado del pelambre y la locura del personaje- o simplemente Trompo por lo evidente.
Trompo esta viejito pero su espíritu sigue tan fresco e infantil como el primer día.
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